domingo, 23 de marzo de 2014

Cuando alguien te ama...

Cuando alguien te ama, también es paciente contigo.

Cuando alguien te ama, toma las circunstancias de tu vida y las usa de una forma constructiva para tu crecimiento.

Cuando alguien te ama, está de tu parte; quiere verte madurar y desarrollarte en el amor.

Cuando alguien te ama, no derrama su ira contigo por todos los "errores" que cometes, aunque sean muchos.

Cuando alguien te ama, sufre profundamente cuando ve que te desvías del camino, pero espera confiadamente hasta que puede orientarte a que sigas la senda correcta.

Cuando alguien te ama, sigue confiando en ti cuando ni siquiera tú confías en ti mismo.

Cuando alguien te ama, nunca te dice que eres un caso perdido; más bien trabaja pacientemente contigo y te corrige de tal manera que es posible que te cueste entender la profundidad del cuidado que tiene por ti.

Cuando alguien te ama, nunca te abandona aunque muchos de tus amigos lo hagan.

Cuando alguien te ama, se queda a tu lado cuando llegas al fondo de la desesperación y se pone en evidencia lo que realmente eres. Pero no te juzga, sino que te sigue viendo como una persona hermosa, digna y llena de valor y significado.

“Cuando alguien te ama de esa manera, te está demostrando el mayor de todos los dones, el perfecto e incondicional amor de Dios”
Fuente: plus.google.com

jueves, 20 de marzo de 2014

Decálogo de la Medicina...

1. La peor enfermedad, es “sentirse enfermo”.

2. Lo que realmente puede matar, no es la enfermedad, sino su ánimo frente a ella.

3. Los enigmas médicos, son mitos de la ciencia, y misterios reales de un alma enferma.

4. El síndrome más destructivo que alguien puede tener es: odio en el corazón, falta de misericordia, insuficiencia para perdonar, y aumento de la capacidad para mentir.

5. Sólo una enfermedad es capaz de matar a quien la padece: la falta de Amor.

6. El exceso en cualquiera de sus variantes, es sinónimo de enfermedad.

7. Cuando el hombre entiende que su cuerpo no es una máquina, y no se exige más de lo que humanamente puede lograr, encuentra la cura de una terrible enfermedad: el Afán.

8. Existe un límite para la ciencia, y el arte del saber, en donde hay que detenerse, o volver atrás; la herramienta clave para desafiar ese y cualquier otro límite, es la fé.

9. Ser médico del cuerpo, ignorando el alma inquieta y angustiada de un paciente; no es más que ser un mecánico con “bata blanca”.

10. Indicación médica personal para todas las edades:

Sonreír! a libre demanda.

Amar! todos los días.

Mover tu cuerpo! y hacer lo bueno, todas las veces que puedas.

Dormir lo suficiente! después de haber gastado todas tus energías en algo productivo.

Practicar el Perdón y la Misericordia! con todos.

Mirarte en el espejo al iniciar y terminar un nuevo día y decir: Gracias Dios por darme le gracia de Vivir, hoy me felicito por ser quien soy.

lunes, 10 de marzo de 2014

La humildad - Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace

Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:“Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?” Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: “Estoy escuchando el ruido de una carreta…” 


“Eso es” -dijo mi padre- “es una carreta vacía”. Pregunté a mi padre: “¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?” Entonces mi padre respondió: “Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”. 


Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando noto a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: “Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”. 


La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Nadie está más vacío, que aquel que esta lleno del ‘Yo mismo’. Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio, nutriendo.

sábado, 8 de marzo de 2014

La carga en nuestra espalda - Reflexión

Mis mejores recuerdos son de cuando era niño y estaba en la escuela. No había preocupaciones, ni ansiedades, solo con ganas de que llegara el recreo. Recuerdo que iba con mi mochila repleta de libros y cuadernos.

Al principio de año se hacía tan pesado llevar todo en la mochila, pero al pasar del tiempo me iba acostumbrando al peso en la espalda.

Al igual que si salieras a correr diariamente con una mochila de piedras en tu espalda, al principio se tornara muy pesado pero con el tiempo te acostumbras a la carga. En nuestras vidas llevamos cargas a diario y la mala noticia es que nos acostumbramos a ellas.

Nuestro corazón está demasiado cargado de errores, fracasos, traiciones, heridas, decepciones, rencor, falta de amor, en fin… Un sin número de cargas que no debemos llevar.

Si vas con un niño al aeropuerto y el quiere llevar la maleta más grande y pesada donde está su ropa, ¿Que le dices? “Déjame llevarla porque es muy pesada para ti” ¿Verdad? Lo mismo te dice Dios: ¡Déjame llevar esas cargas que te hacen daño, déjame alivianar tu corazón y que puedas viajar ligero!
Este día decide comenzar una vida diferente, dejando que Dios lleve las cargas pesadas de tu corazón que nunca debiste llevar. “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar” (Mateo 11:28)

viernes, 14 de febrero de 2014

Cuando el odio quiso matar el amor

Cuentan que en la historia del mundo hubo un día terrible en el que el Odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos los sentimientos más oscuros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano. Estos llegaron a la reunión con curiosidad de saber cuál era el propósito. Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo: "Os he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien". Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin embargo, todos se preguntaban entre sí quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos. "Quiero que matéis al Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno quería destruirlo.

El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: "Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto; provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará".

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el informedel Mal Carácter quedaron decepcionados. "Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante".

Fue entonces cuando, muy diligente, se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder dijo: "En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder. Eso nunca lo ignorará". Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima quien efectivamente cayó herida y la adoró en sus ídolos, que son una tentación constante, y una causa frecuente del alejamiento del amor verdadero. Muchos ídolos se levantan muy bien construidos y refinados que se presentan bajo capa de “progreso” o que proporcionan más material bienestar, más placer, más comodidad...: su dios es el vientre, y su gloria la propia vergüenza, pues ponen su corazón en las cosas terrenas, como dice San Pablo en su Carta a los Filipenses, y es aplicable a la idolatría moderna, a la que se ven tentados tantos, olvidando el tesoro auténtico, la riqueza del amor. Pero, después de luchar por salir adelante, el Amor renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo.

Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar el amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas. Pero el Amor confundido lloró y pensó que no quería morir, y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos, y los venció.

Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envió a la Frialdad, al Egoísmo, la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba. Cuando venían las Desgracias parecía sucumbir, pues como decía Claudio de Colombiere los golpes imprevistos no permiten muchas veces que uno aproveche de ellos, a causa del abatimiento y turbación que levantan en el alma; mas con un poquito de paciencia, se ve como Dios dispone a recibir gracias muy grandes precisamente por aquel medio. Sin tales percances tal vez no habría sido el amor del todo malo, pero tampoco del todo bueno.

El Odio, convencido de que el Amor era invencible, les dijo a los demás: "No podemos hacer nada más... El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos".

De pronto, de un rincón del salón se levantó alguien poco reconocido, que vestía todo de negro y con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte. "Yo mataré el Amor", dijo con seguridad. Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido. El Odio dijo: "Ve y hazlo".

Tan sólo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después que, de mucho esperar, por fin el Amor había muerto. Todos estaban felices, pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló: "Ahí os entrego el Amor totalmente muerto y destrozado", y sin decir más ya se iba. "Espera", dijo el Odio, "en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quién eres?".
El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: "soy La Rutina." 

La rutina es ausencia de amor, monotonía, y "la monotonía es falta de energía" (dice la cantante Laura Pausini), significa que está ya muerto el amor. El amor es un fuego al que hay que echar cada día cosas nuevas: "Los pequeños actos de cortesía endulzan la vida, los grandes la ennoblecen" (Karina Valenzuela). En la batalla del amor frente al odio, hay que cuidar las cosas pequeñas que son –en frase de la Escritura- las que si faltan dejan paso a las pequeñas raposas que destrozan el campo de ese amor. La dejadez, el abandono de los detalles, produce el desmoronarse de todo el amor: "Será que la rutina ha sido más fuerte" (canta el grupo "Ella baila sola").

En los pequeños detalles es donde se libra la batalla del odio contra el amor: el amor alienta, el odio abate; y tomo de Mauricio Fornos algunos de los campos en los que se libra esta batalla: el amor sonríe, el odio gruñe; el amor atrae, el odio rechaza; el amor confía, el odio sospecha; el amor enternece, el odio enardece; el amor canta, el odio espanta; el amor tranquiliza, el odio altera; el amor guarda silencio, el odio vocifera; el amor edifica, el odio destruye; el amor siembra, el odio arranca; el amor espera, el odio desespera; el amor consuela, el odio exaspera; el amor suaviza, el odio irrita; el amor aclara, el odio confunde; el amor perdona, el odio intriga; el amor vivifica, el odio mata; el amor es dulce; el odio es amargo; el amor es pacífico; el odio es explosivo; el amor es veraz, el odio es mentiroso; el amor es luminoso, el odio es tenebroso; el amor es humilde, el odio es altanero; el amor es sumiso, el odio es jactancioso; el amor es manso, el odio es belicoso; el amor es espiritual, el odio es carnal. El amor es sublime, el odio es triste.

La triste y historia de cupido y los 2 corazones

El travieso niño que flecha los corazones no quedó inmune a sus propios hechizos. Cupido se enamoró de una humana y, luego de superar los obstáculos impuestos por los dioses, se le concedió la gracia del amor eterno. El día de los enamorados no sería lo mismo sin Cupido, el pequeño dios del amor en la mitología romana.

Mucho antes de la celebración del día de San Valentín, Cupido ya ocupaba un lugar protagónico en las festividades griegas y romanas dedicadas al amor. También conocido como Eros en la mitología griega, este niño alado es hijo de Venus (Afrodita para los griegos), diosa de la belleza y la fertilidad. Resulta extraño que Cupido, siendo un dios mitológico, sea representado por un niño. La historia cuenta que su propia madre, Venus, se sorprendió al comprobar que su hijo no crecía. Preocupada se dirigió al Oráculo de Temis, que le dijo: "El amor no puede crecer sin pasión".

En la Tierra de los humanos vivía una princesa llamada Psique (Alma), a la que Venus envidiaba por su gran belleza. Sin embargo, esta bella mujer no lograba encontrar marido pues los hombres que la idolatraban no se sentían dignos de ella. Un Oráculo predijo que Psique encontraría el amor en un precipicio. Cuando Psique estaba en el borde del abismo, Venus envió a su hijo Cupido a eliminarla con sus flechas.
Pero Cupido, al verla, se enamoró profundamente y creció hasta convertirse en un apuesto joven. Contra los deseos de su madre, Cupido se casó con Psique y fueron muy felices hasta que ella, incitada por sus envidiosas hermanas, rompió la prohibición impuesta por los dioses: miró a su marido siendo ella una simple mortal. Como castigo Psique fue alejada de Cupido y desde entonces la arrepentida princesa recorrió el mundo en busca de su amado, superando los obstáculos que le ponían los dioses.

Fue tanto lo que Psique luchó que finalmente el Olimpo decidió convertirla en diosa para que pudiera reunirse con su amado Cupido.

Desde entonces el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la flecha de Cupido.

Fuente: soy402.com

viernes, 31 de enero de 2014

Los 2 pilares de nuestra fe - Sueños y enseñanzas de San Juan Bosco

Este es su sueño mas famoso

Sus tres grandes amores son Jesús Sacramentado, María Auxiliadora y el Sumo Pontífice, quienes fueron protagonistas en uno de sus mas famosos sueños proféticos:

Don Bosco vio que una gran barca (la Iglesia) navegaba en un mar tempestuoso piloteada por el Romano Pontífice, y a su alrededor muchísimas navecillas pequeñas (los cristianos). De pronto aparecieron un sinnúmero de naves enemigas armadas de cañones (el ateísmo, la corrupción, la incredulidad, el secularismo, etc., etc.) y empezó una tremenda batalla.

A los cañones enemigos se unen las olas violentas y el viento tempestuoso. Las naves enemigas cercan y rodean completamente a la Nave Grande de la Iglesia y a todas las navecillas pequeñas de los cristianos. Y cuando ya el ataque es tan pavoroso que todo parece perdido, emergen desde el fondo del mar dos inmensas y poderosas columnas (o pilares). Sobre la primera columna está la Sagrada Eucaristía, y sobre la otra la imagen de la Virgen Santísima.

La nave del Papa y las navecillas de los cristianos se acercan a los dos pilares y asegurándose de ellos ya no tienen peligro de hundirse. Luego, desde las dos columnas sale un viento fortísimo que aleja o hunde a las naves enemigas, y en cambio a las naves amigas les arregla todos sus daños.
Todo el ejército enemigo se retira derrotado, y los cristianos con el Santo Padre a la cabeza entonan un Himno de Acción de Gracias a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. El sueño es detallado e incluye a varios papas...

«La Iglesia deberá pasar tiempos críticos y sufrir graves daños, pero al fin el Cielo mismo intervendrá para salvarla. Después vendrá la paz y habrá en la Iglesia un nuevo y vigoroso florecimiento».
Estimamos que la visión de los pilares es muy actual. Corresponde a la visión del S.S. Juan Pablo II para la Iglesia.  Nosotros debemos estar en sintonía espiritual con el Papa y cooperar con el de todo corazón para que la barca, la Iglesia, avance hacia los pilares.

Del Libro : DON BOSCO Amigo de los jóvenes .
Fuente: corazones.org
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