Imagínate que existe un banco, que cada mañana abona en tu cuenta la cantidad de 86.400 $.
Ese extraño banco, al mismo tiempo, no arrastra tu saldo de un día para otro: cada noche borra de tu cuenta el saldo que no has gastado.
¿Que harías?… imagino que retirar todos los días la cantidad que no has gastado, ¿no?
Pues bien: cada uno de nosotros tenemos ese banco:
……… su nombre es Tiempo.
Cada mañana, ese banco abona en tu cuenta personal 86.400 segundos.
Cada noche ese banco borra de tu cuenta y da como perdida cualquier cantidad de ese saldo que no hayas invertido en algo provechoso.
Ese banco no arrastra saldos de un día a otro; no
permite sobregiros.
Cada día te abre una nueva cuenta.
Cada noche elimina los saldos del día.
Si no usas tu saldo durante el día, tu eres el que
pierdes. No puedes dar marcha atrás.
No existen cargos a cuenta del ingreso de mañana: debes vivir el presente con el saldo de hoy.
Por tanto, un buen consejo es que debes invertir tu tiempo de tal manera, que consigas lo mejor en salud, felicidad y éxito.
El reloj sigue su marcha… consigue lo máximo en el día.
Atesora cada momento que vivas; y ese tesoro tendrá mucho más valor si lo compartes con alguien especial, lo suficientemente especial como para dedicarle tu tiempo… y recuerda que el tiempo no espera por nadie.
miércoles, 10 de julio de 2013
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La reflexión del tiempo - recuerda que el tiempo no espera por nadie
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