Esta mañana triste
Tan lluviosa y tan fría
Andando presurosas, veo las gentes pasar
Y no encuentro tu cara como todos los días
Con tu dulce sonrisa y tus ojos de mar.
Triste también esta
Aguardando impotente
Escondido en la nube con sus rayos el sol
No pudiendo ocultar sus deseos por verte
Después que junto a mí él pudo conocerte
El tampoco quisiera ya vivir sin tu amor.
Llego una brisa fuerte
Tratando de su curso a la lluvia variar
Para que despejara el camino en que siempre
Tu silueta enmarcaba cuando estabas presente
Al traerme el consuelo, de poderte mirar.
Y la lluvia caía
Con ritmo acelerado
Parecía que el cielo lloraba en la ocasión
Más lloraban mis ojos y estaban más mojados
Que el duro pavimento, donde tu habías pisado
Naciendo a tus caricias el germen de mi amor.
Cuando extingue la lluvia
Sus gotas de cristal
Tu cuerpo luminoso con sol maravilloso
Contemplo al acercar
Transformando al instante un día nebuloso
En júbilo y en gozo
Brillante y tan hermoso
Contigo entre mis brazos
No es posible olvidar.
Dr. Rafael a. Rodríguez S.
Imbert, 2 de agosto 2oo9
